¿Personas integrales o máquinas de dinero?
Durante los últimos
años, hemos vivido una reforma educacional, que ha tenido un gran
impacto en nuestra actual sociedad, tanto en los estudiantes mismos,
como en el ámbito profesional pedagógico. ¿Ha sido efectivo? Es una
incógnita que difícilmente podemos responder hoy en día, ya que
probablemente veremos sus resultados en un tiempo más distante y
mediante los métodos específicos. Sin embargo, el problema que no
alcanza a ser percibido por nuestra sociedad, pero que no deja de ser
por esto igual de importante; es el tipo de personas que nuestros
establecimientos educacionales están formando, no solo en el ámbito
académico, que quizás ha tenido diversos avances en cada ámbito o área
del aprendizaje, sino que específicamente en el campo de calidad humana.
Si bien es cierto, el pasado año 2011 se implemento una nueva
modalidad educativa, instruida por el anterior ministro de educación
Joaquín Lavín, que tenía como finalidad mejorar la calidad de la
educación a nivel nacional, principalmente enfocándose en los
establecimientos educacionales municipales. Sin embargo dentro de esta
nueva reforma, creo que nunca hubo ni la más mínima preocupación con
respecto al impacto que generaría en los mismos estudiantes, no
académicamente, sino en su propia integridad moral. Bajo mi punto de
vista, creo que a pesar de ser esta una de las preocupaciones menos
consideradas, constituye una de las mas importantes, ya que tal y como
leí en un eslogan publicitario hace unos días atrás: “los niños de hoy,
serán los profesionales del mañana”. Esta frase no me dice nada más, que
a pesar de alcanzar tantos logros a nivel académico, no estamos mas que
desviando a nuestros niños del verdadero éxito y bienestar en la vida.
¿a quienes estamos formando?, ¿a niños que llegaran a la adultez
sintiendo poseer una formación que les permitirá enfrentar la vida?, ¿o
simplemente a maquinas de dinero?. Y es aquí donde quiero destacar mi
necesidad de expresar un fenómeno que a repercutido en cada uno de los
rincones de nuestro país, que poco a poco ha ido masificando la idea de
potenciar a cada niño en cada una de sus habilidades, para que cuando
sea un profesional pueda generar los ingresos suficientes como para
sustentar una familia, y es mas, para llevar a nuestro país al
desarrollo. A mi parecer, la clara falta de esencia humana en nuestros
días, es evidentemente el problema que realmente debe tratarse en la
actualidad, ya que no serviría de nada educar al mejor de los
estudiantes en el ámbito académico, para que cuando sea un profesional,
no tenga la moral e integridad suficiente como para pensar en las
generaciones que vienen creciendo junto a sus propios hijos, a quienes
obviamente no les faltara nada; pero sin embargo, seguiríamos con el
mismo problema a nivel social y sobre todo humano, como un circulo
vicioso. Y es eso principalmente a lo que alude la idea de solo generar y
generar personas que tengan a futuro estabilidad económica, como un
maquina que solo sigue actuando mecánicamente cada vez; pero ¿realmente
valdrá la pena seguir “generando personas”?. Quizás estamos aun a tiempo
de apagar el generador y comenzar a FORMAR verdaderas personas
integrales.
Valentina Perez
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